martes, 14 de enero de 2014

La Borra de Café, de Mario Benedetti

La contratapa dice. "... nos hará comprender que la riqueza de la vida se halla en el paso que dejan los recuerdos de las personas a quienes amamos..." A veces sospecho que, como enarbola el tatuaje de Mariana, "la felicidad verdadera es compartida".
Busco el sentido de la vida en todas partes. En todas partes se escapa. Yo se que el sentido de la vida no es buscarle el sentido, pero no dejo de hacerlo, tengo sospechas, tengo miedos. Sospecho que la vida va decantando naturalmente, que las cosas se van acomodando a su ritmo, llegan cuando estoy lista para recibirlas. Pero temo que a veces hay que salir a buscarlas, forzar el encuentro. Tal vez lo que se de naturalmente, por decantasión, sea la certeza de qué es aquello a lo que debemos salir a buscar.

"Tuve la sensación de que las decisiones trascendentales serían inevitablemente tomadas por otros, que yo siempre estaría al margen y que mi única posibilidad era correr por el andarivel que otros me adjudicaran. Después pasan los años y uno aprende que las cosas no son tan inamovibles, que siempre queda un segmento de decisión del que uno es responsable y de cuyo compromiso no te podés librar tan fácilmente. Cuando por fin llegás a la conclusión de que el mundo es enorme pero que tu mundo es chiquito, ahí empezás a recuperar el equilibrio, bah, ese poquito de equilibrio que nos tocó en el reparto y que no hay que dilapidar".

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