Demócrito
- ¿Por qué el lego es el juego más genial
del mundo?
El Destino
- ¿Crees en el destino?
- ¿Son las enfermedades un castigo divino?
- ¿Cuáles son las fuerzas que dirigen la
marcha de la historia?
- ¿Crees que tu vida está
predeterminada de alguna manera? ¿Eres un ser libre?
Demócrito
- El
lego nos permite construir, a partir de pequeñas piezas, una cantidad considerables
de objetos. Animales, casas, vehículos, todo puede ser creado a partir de
esta “materia prima” llamada “lego”. Si comparamos este juego con lo que
sucede en el mundo a partir de las mencionadas pequeñas partículas que
constituyen todo lo existente podemos afirmar, creando un paralelismo, que
el lego es el “juego” más genial del mundo.
El Destino
- ¿Qué
podría ser esta noción de destino, incomprensible por sí misma,
íntimamente ligada a la historia de la humanidad, más que una farsa, una
ilusión de la mente humana para explicarse lo inexplicable?
Definitivamente creo que los hombres son dueños, actores de la historia,
unos más actores, y otros más espectadores, y la historia de la humanidad
se puede reducir en el esfuerzo de los actores por evitar que los
espectadores se tienten de tomar parte en el libreto de la historia. Por
ende, si cada hombre tiene un destino que cumplir es el destino que él
mismo desee cumplir y su ejecución dependerá enteramente de cómo actúe el hombre
particular en el entramado de historias e intereses del resto de los
actores y de aquellos que luchan por “subir al escenario”.
- En
este sentido creo que no hay nada de “divino” en las enfermedades que
sufren los hombres. Seguramente, conocer en profundidad cómo surgen las
enfermedades y cómo una persona se enferma de determinada enfermedad nos
lleva a sorprendernos de los delicados fenómenos que deben confluir en un
ambiente adecuado para desembocar en una enfermedad. Y seguramente, muchos
casos en que es difícil explicar las causas que llevaron a que una persona
aparentemente saludable enfermara gravemente nos hace plantear cuestiones
referidas a las causas de estas enfermedades. ¿Fue “casualidad”? ¿”Mala
suerte”? ¿Se podía evitar? ¿Estaba “destinado”? ¿Algo o alguien intercedió
para que esta enfermedad cayera sobre determinada persona? ¿Alguien puede
intervenir para curarla? Así, dar respuestas referidas a la
inevitabilidad, el azar, el destino, nos ponen frente a una posición
filosófica, o ante una “filosofía de vida”. Es decir, ¿Cómo voy a aceptar
esta enfermedad? ¿Voy a culpar a alguien o algo? ¿Voy a enfrentarme a
ella? ¿Cómo?
- Fuerzas
que dirigen la marcha de la historia…Por “fuerzas”, en primer lugar, no
entiendo algo extraño, externo al mismo devenir histórico. Creo que las
fuerzas que marcan el rumbo de la historia son visibles y palpables: la
lucha entre clases sociales con intereses antagónicos es la que fue
marcando el devenir histórico, creando y destruyendo imperios, naciones,
culturas, formas de vivir y de pensar.
No creo en un
devenir de la historia “lineal”, con un comienzo y un final. Creo que la
historia se desarrolla en ciclos, y esto se debe a que la historia la hacen, de
principio a fin, los hombres y mujeres. No afirmo que dichos ciclos “se
repiten” en forma idéntica, pero los hombres avanzan sobre sus propios pasos,
es decir, no pueden correr vertiginosamente, en forma lineal hacia “el futuro”,
sino que crean y recrean la historia para cambiarla o ajustarla y asegurarla,
según sean sus intereses. Por eso es importante, tanto para una historia
“universal” como para una historia “personal o individual”, tener en cuenta los
elementos que se disponen para echar a rodar la rueda de la historia.